«Nunca hubiéramos pensado que nos iba a suceder algo semejante. Nosotros hablábamos de los antiguos mártires. Hablábamos de ellos casi como de un ideal al que no se puede llegar, que no se puede alcanzar. En cambio, el martirio es una cosa actual y todos nos tenemos que preparar para el martirio. El martirio no es algo agradable, pero allí está el nudo donde, de verdad, uno experimenta su fe».
Mons. Joseph Tobji, Archieparca de la Iglesia católica maronita de Alepo (Siria), que tiene también a su cargo las zonas tan golpeadas actualmente de Hassaké, Idlib, Deir ez-Zor y Raqqa. Mons. Tobji afirma sin titubeos que el Estado Islámico es un instrumento de las potencias internacionales:
«Pienso que antes o después terminará la cuestión del yihadismo, de este fanatismo, de estos ataques… porque están provocados desde fuera, desde fuerzas internacionales, de los grandes. Por tanto, llegará un momento en que habrán finalizado su trabajo como instrumentos y entonces, a este instrumento, se le quitará de en medio: o matándolo, o devolviéndolo al lugar desde donde había venido».
Mons. Tobji nos cuenta la dura experiencia de la guerra en Siria (la experiencia pasada y la actual), años en los que nunca ha abandonado a su grey, a pesar de que el Estado Islámico tiró su catedral de San Elías y secuestró a sus fieles y sacerdotes. Relata emocionado conmovedoras historias de sus feligreses secuestrados por el Estado Islámico y a punto de ser degollados, salvados milagrosamente, en varios casos, precisamente gracias a la valiente confesión de su fe y del amor cristiano. Este pastor confiesa:
«Nunca hubiéramos pensado que nos iba a suceder algo semejante. Nosotros hablábamos de los antiguos mártires. Hablábamos de ellos casi como de un ideal al que no se puede llegar, que no se puede alcanzar. En cambio, el martirio es una cosa actual y todos nos tenemos que preparar para el martirio. El martirio no es algo agradable, pero allí está el nudo donde, de verdad, uno experimenta su fe».
A pesar de todo lo que ha sufrido en estos seis años sin electricidad ni agua corriente, bajo continuos bombardeos y toda clase de sufrimientos, el Archieparca de Alepo no ha perdido ni su alegría ni su buen humor. En estos largos años en que los yihadistas han tenido ocupada Alepo, ni un solo día ha dejado de celebrarse la Eucaristía y de reunirse el pueblo para la adoración.
Cuando Alepo fue liberada, diez días antes de la Navidad, Mons. Tobji tuvo una idea loca: celebrar la Navidad en la Catedral, a pesar de estar el templo reducido a ruinas, sin techo, nevando… «Fue una celebración histórica —afirma el obispo emocionado—, histórica para mí y para todos». Adjunto las fotos para que puedan hacerse una idea de lo que digo.
La situación sigue siendo difícil. Continuamente personas desesperadas llaman a su puerta pidiendo ayuda. Para todos trata de ser padre y pastor. Pero Mons. Tobji advierte que el ISIS y otros muchos grupos terroristas islámicos siguen matando impunemente en Siria. Explica que muchos de estos terroristas son extranjeros: «Están pagados y son mercenarios. Les han lavado el cerebro para que vengan a combatir pensando que están defendiendo a Dios… Como si Dios tuviese necesidad de ser defendido por el hombre».
Debemos conocer la actualidad de nuestros hermanos en Siria y sentirnos orgullosos de los pastores que dan la vida por sus ovejas .
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