Las excavaciones arqueológicas en Cafarnaum han demostrado que la localidad existía desde finales de la época helenística y cómo se desarrolló durante el primer periodo romano. Los primeros arqueólogos franciscanos la definieron como “una pequeña ciudad del Nuevo Testamento que en la memoria de los Evangelios tiene su historia más hermosa”.
Cafarnaúm, Cafarnaún o Capernaúm (hebreo כְּפַר נָחוּם [Kəfar Nāḥūm], «pueblo de Nahum») era un antiguo poblado pesquero ubicado en la antigua Galilea, en Israel, a orillas del mar de Galilea, también llamado lago Tiberíades o Kineret. Es conocida por los cristianos como “la ciudad de Jesús”; nombrada en el Nuevo Testamento. Fue uno de los lugares elegidos por Jesús de Nazareth para transmitir su mensaje y realizar algunos de sus milagros.
Desde hace más de 100 años Cafarnaum vive una nueva historia, cuando en 1894 la Custodia Franciscana tomó posesión de los terrenos sobre las ruinas de la ciudad. Una obra largamente documentada: Desde 1968 hasta 2003 se redactaron una serie de informes sobre las 23 campañas de excavaciones efectuadas en la propiedad franciscana.
De esta ciudad en la orilla noroccidental del lago de Tiberíades han salido a la luz pequeños barrios con las características viviendas en piedra basáltica, las tiendas y todo lo que formaba el mobiliario de una población compuesta por comerciantes, artesanos, pescadores y campesinos.
En una de estas campañas se descubrió la sorprendente iglesia octogonal bizantina. En esa ocasión salió a la luz la “Casa de Simón Pedro”, que se convirtió en la casa de Jesús y la “domus ecclesia” de la primitiva comunidad cristiana.
Fr. EUGENIO ALLIATA, ofm Arqueólogo – Studium Biblicum Franciscanum
“Los peregrinos nos transmiten esta tradición, que es muy antigua y muy fuerte, y que la arqueología puede seguir paso a paso hasta sus orígenes. Lo consideramos una tradición sólida e importante. Lo primero que se descubrió gracias al trabajo del Padre Gaudenzio Orfali fue una basílica octogonal. Un descubrimiento que tuvo lugar entre 1910 y 1920, en un periodo difícil para el mundo.
Ahora esta forma de casa, transformada en iglesia, es muy típica del cristianismo antiguo pero en este lugar tenía un significado especial como testimonian las palabras atribuidas a la peregrina Egeria, la cual decía “sobre la casa del Príncipe de los Apóstoles se construyó una iglesia, aunque las paredes quedaron las mismas”.
Uno de los testimonios de este importante descubrimiento fue Fr. Stanislao Loffreda.
Fr. STANISLAO LOFFREDA, ofm Arqueólogo – Studium Biblicum Franciscanum
“Allí sentí que como arqueólogo debía confesarme, me emocioné. Vi que lo que decían las fuentes literarias correspondía exactamente. Los escritos dicen que la casa de Pedro se transformó en iglesia, aunque las paredes quedaron las mismas.”
El 29 de junio de 1990 se inauguró en Cafarnaum el Memorial construido sobre la Casa de San Pedro. En el centro del pueblo se construyeron dos edificios públicos: la sinagoga y la iglesia. En el subsuelo de la monumental sinagoga han salido a la luz algunos vestigios de la que fue la sinagoga visitada por Jesús, vinculada a la promesa eucarística.
Precisamente en Cafarnaum, Fr. Francesco Patton, custodio de Tierra Santa, celebró la misa en la semana en la que los textos bíblicos recuerdan el discurso de Jesús pronunciado en la sinagoga sobre “el pan de vida”.
“Estamos en la casa de Pedro y desde los ventanales de este santuario podemos vislumbrar el lugar donde Jesús pronunció su discurso eucarístico, relatado en el capítulo sexto del Evangelio según San Juan. Es un discurso —subrayó el custodio en su homilía— que sigue al gran signo de la multiplicación de los panes y de los peces”.
Fr. FRANCESCO PATTON, ofm Custodio de Tierra Santa
“En la casa de Pedro, Jesús obró muchos prodigios y enseñanzas. Igualmente significativa es la sinagoga porque es el lugar en el que según el capítulo 6 del Evangelio según San Juan, Jesús hace ese hermoso discurso del pan de vida, donde se presenta a sí mismo como pan de vida, el pan que el Padre da y que él acoge, la vida que a través de él el Padre da, y por ello se convierte en el discurso de la promesa eucarística que es lo que hemos celebrado hoy.
Y se convierte en una invitación a acoger a Jesús como persona, a acoger su palabra y a acogerlo en la eucaristía para poder recibir de él el don del Espíritu, porque el Espíritu —dice Jesús en el capítulo 6 de San Juan—es Señor y da la vida.”
Fr. FRANCESCO PATTON, ofm Custodio de Tierra Santa
“Y hay otro lugar muy significativo aquí a dos pasos, y es el lago porque el mismo lago es un gran santuario: Toda esta zona tiene un significado extraordinario. Cuando leemos las páginas de los evangelios y podemos visitar estos lugares, casi podemos oír a Jesús y a los apóstoles que, de alguna manera, hablan y están vivos.”
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