“Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo sino a los testigos que él había designado: a nosotros que hemos comido y bebido con él después de su resurrección”. Simon Pedro se presenta así como miembro del grupo de los testigos de la vida de Jesús, desde su bautismo hasta su muerte y su resurrección (Hech 10,34-43).
Para todos los seguidores de Jesús, es hora de levantar la mirada hacia nuestro Salvador. En la carta a los Colosenses, Pablo presenta la resurrección de Cristo como una exhortación a todos los creyentes: “Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, doncde está Cristo sentado a la derecha de Dios” (Col 3,1).
La resurrección de Jesús no es solo un acontecimiento del pasado. Con él resucita hoy nuestra vida soñolienta y mortecina. Todos los bautizados podemos hacer nuestras las palabras que la secuencia de esta solemnidad pone en boca de María Magdalena: “¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza”.
EL SEPULCRO VACÍO
No es un pregón vacío de sentido. También en el evangelio de este día de Pascua (Jn 20,1-9) aparece la figura de María Magdalena. Probablemente ella había sido curada por él allá en Galilea. Y, al igual que otras mujeres que habían sido curadas por él, lo había seguido por los caminos y servido con sus bienes.
Había presenciado su muerte y había observado el lugar donde lo habían sepultado. Ahora María descubre que el sepulcro del Señor está vacío. Y se apresura a anunciar esa noticia a los apóstoles.
Sorprendidos por el anuncio de María, acuden también al sepulcro Pedro y aquel “al que tanto quería Jesús”. El sepulcro vacío es motivo de fe para ambos: para quien ha traicionado a su Maestro en la hora de la turbación y para quien lo ha acompañado fielmente hasta la cruz.
Tambien hoy la figura de Magdalena nos interpela profundamente. Quien cree en Jesús está dispuesto a acompañarlo hasta su cruz. Quien cree en Jesús jamás podrá olvidarlo. Quien cree en Jesús lo encontrará aunque tema haberlo perdido. Quien cree en Jesús anunciará con valentía que está vivo y nos precede por el camino
UN MENSAJE PARA HOY
María Magdalena ha sido calificada como “apóstol de los apóstoles”. De hecho les dirigió un mensaje que revela su nerviosismo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto”. En este momento de incertidumbre nos debe hacer pensar.
• “Se han llevado del sepulcro al Señor”. María se inquieta porque el cadáver de Jesús ya no está en el sepulcro. Hoy muchos cristianos vivíamos confiados en tener aseguradas todas las creencias. Algunos se han encontrado de pronto sumidos en la orfandad y en el silencio. Pero a otros no les preocupa que Jesús y su mensaje hayan sido depositados en un sepulcro. A unos los paraliza el dolor. Pero otros parecen haberlo olvidado.
• “No sabemos dónde lo han puesto”. Es interesante esa referencia personal. María Magdalena parece quejarse de que alguien haya cambiado de lugar el cadáver de Jesús, sin contar con ella. Pues bien, nosotos creemos que Jesucristo está vivo y camina entre nosotros. La fe nos dice dónde está. El Señor resucitado solo espera el testimonio de los que decimos creer en él. No podemos callarnos esa noticia.
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