10 años después del atentado de Al Qaeda a la Catedral siro-católica “Nuestra Señora de la Salvación”, el Papa Francisco encontró en este mismo lugar a obispos, religiosos y seminaristas de Bagdad.
Francisco recordó el testimonio de los 48 mártires en proceso de beatificación, además de 9 musulmanes.
FRANCISCO
“Su muerte nos recuerda con fuerza que la incitación a la guerra, las actitudes de odio, la violencia y el derramamiento de sangre son incompatibles con las enseñanzas religiosas. Y quiero también recordar a todas las víctimas de la violencia y las persecuciones, pertenecientes a cualquier comunidad religiosa”.
“Las dificultades forman parte de la experiencia cotidiana de los fieles iraquíes”, así lo afirmó el Papa. Al igual que agradeció el ejemplo de la Iglesia iraquí al permanecer cercana a la gente.
FRANCISCO
“Han tenido que afrontar las consecuencias de la guerra y de las persecuciones, la fragilidad de las infraestructuras básicas y la lucha continua por la seguridad económica y personal, que a menudo ha llevado a desplazamientos internos y a la migración de muchos, también de cristianos, hacia otras partes del mundo”.
Utilizó la imagen de una alfombra para rescatar el ancestral patrimonio histórico, litúrgico y espiritual de las diferentes Iglesias presentes en Irak. Una metáfora que “remite también a su fuente. Porque Dios mismo es el artista”.
Francisco recordó que en los jóvenes está la esperanza del renacer de la tierra que vio crecer a Abraham.
FRANCISCO
“Aunque jóvenes, ciertamente, su paciencia ya ha sido puesta a prueba duramente por los conflictos de estos años. Pero recordemos que ellos —junto con los ancianos— son la punta del diamante del país, los mejores frutos del árbol”.
Al final del encuentro, el Papa Francisco utilizó esta estola fabricada por mujeres de Qaraqosh. Con ella rezó el Padrenuestro en una variante del Arameo.
Gestos que llevan esperanza a los cristianos perseguidos. Y es que “Irak no volverá a ser la misma nación”.
LOUIS RAPHAËL I SAKO
Patriarca de Babilonia de los Caldeos
“Ya desde los días previos (a la visita del Papa) ha habido un gran cambio. Cristianos, musulmanes, todos hablan de paz, de convivencia armoniosa. Incluso de la lucha contra el fundamentalismo y la violencia. Es algo muy positivo”.
Así concluyó la primera jornada de Francisco en Irak como un peregrino de la paz.
Daniel Díaz Vizzi
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