Son numerosos los nombres con los que se conoce esta gran cuenca de agua dulce, que tiene una longitud de 21 km, un ancho de 12 y que se encuentra a unos 200 metros bajo el nivel del mar. Pero en todas las lenguas y en todo el mundo es conocido como el Lago de Jesús. Son innumerables las citas bíblicas de los acontecimientos sucedidos en sus orillas.
Para el pueblo judío, explica Fr. Massimo Luca, profesor del Studium Biblicum Franciscanum de Jerusalén, es “Yam Kinneret”: Yam (lago o mar), porque en hebreo el término es el mismo; mientras que Kinneret significa “arpa”, cuya forma imita. También se refiere al lago como “Lago o Mar de Galilea”, tomando el nombre de la región colindante. Mientras que en el Evangelio de San Juan es llamado “Lago de Tiberíades”, como el nombre de la ciudad, que ya entonces existía. Y finalmente es conocido también como “Lago de Genesaret”, nombre griego que deriva de Ginnosar, con el que en hebreo se indica la llanura cercana.
FR. MASSIMO LUCA, ofm
Studium Biblicum Franciscanum
“Los Evangelios nos dicen que, al dejar Nazaret, Jesús vino a vivir a Cafarnaum, tanto que en los evangelios adopta el título de “Ciudad de Jesús”. Aquí, junto a Cafarnaum, en el interior, no muy lejos, pasaba una importante vía de comunicación que era la “via maris”, una vía frecuentada por viajeros de todo tipo. En cambio Cafarnaum tenía otra particularidad, y es que era una ciudad fronteriza. De esta manera, el mensaje de Jesús se podía difundir de manera mucho más amplia porque los viajeros allí donde iban informaban de la presencia de un hombre extraordinario que obraba en Cafarnaún.”
FR. MASSIMO LUCA, ofm
Studium Biblicum Franciscanum
“Hace dos años más o menos rozamos el desbordamiento del lago, es decir, el nivel era inferior al que los científicos o expertos definían “nivel mínimo”, de agua para salvaguardar el ecosistema. Estamos por debajo de los 312 metros bajo el nivel del mar. Y, en cambio, en estos últimos dos años, gracias a las lluvias de los últimos dos inviernos, en los que la lluvia ha sido abundante, el lago ha vuelto a estos niveles. La última vez que llegó a estos niveles fue en el invierno del 2002-2003. Han pasado 17 años.”
Importante embalse, en los últimos 70 años el lago ha tenido continuas fluctuaciones. En los años 80 y 90 la caída de los niveles hidrométricos se debía a la mayor demanda de agua dulce por el incremento de la población, a los cambios climáticos y al desarrollo agrícola e industrial.
Si bien hoy es noticia el crecimiento del nivel del lago, que ha llegado a los 13 cm bajo la “línea roja superior” de los 208,80 metros bajo el nivel del mar. Superado este umbral, hay riesgo de desbordamiento.
Fr. TYMOTEUSZ MARSZALEK, ofm
Guardián Convento del Primado de S. Pedro
“Estamos frente al lago de Galilea, muy importante para Jesús, para los primeros cristianos pero también para todos aquellos peregrinos que cada año vienen aquí. Es el único lugar, de hecho, donde los peregrinos pueden tocar las aguas del lago de Galilea y experimentar una sensación muy intensa.”
Fr. TYMOTEUSZ MARSZALEK, ofm
Guardián Convento del Primado de S. Pedro
“En septiembre la gente debía caminar mucho para tocar el agua.”
Fr. TYMOTEUSZ MARSZALEK, ofm
Guardián Convento del Primado de S. Pedro
“Quedan solamente, como decía la peregrina Egeria, en la parte derecha de la iglesia, las escaleras que en su tiempo estaban cubiertas de agua.”
Los mismos niveles hidrométricos que pudo constatar en 1964 el papa Pablo VI, el primer papa en visitar Tierra Santa. Desde los escalones de la Iglesia del Primado, el sucesor de Pedro pudo tocar el agua. Y los fotógrafos inmortalizaron este acontecimiento extraordinario.
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