En su tercera encíclica “Fratelli tutti”, o “Todos hermanos” , el Papa recopila y sistematiza las grandes propuestas de los discursos sociales de su pontificado en Roma y en sus viajes.
Los compendia en una encíclica para proponerlos como Magisterio solemne, dirigida a todos los católicos.
BUEN SAMARITANO
Ante la indiferencia global y la tentación de desentendernos de los demás, el Papa pide recordar que todos estamos en la misma barca.
Dice que la única opción ante el dolor del mundo y las heridas de las personas es seguir el modelo del Buen Samaritano, que ayuda a un hombre herido sin importarle quién es, qué opina o de dónde viene.
FRANCISCO
“Ser capaces de tener compasión: esta es la clave. Esta es la clave. Si no sientes compasión ante una persona necesitada, si tu corazón no se conmueve, significa que algo está mal. Ten cuidado, tengamos cuidado. No nos dejemos arrastrar por la insensibilidad egoísta”.
El Papa pide reconocer la dignidad innata de cada persona, que en todo caso merece ser reconocida, valorada y amada; independientemente de sus ideas, sentimientos, prácticas o pecados.
MODELO DE DESARROLLO
En “Fratelli tutti” el Papa alerta de “visiones antropológicas reductivas” y de un “modelo económico basado en las ganancias, que no duda en explotar, descartar e incluso matar al hombre”.
FRANCISCO
“La ambición desenfrenada de dinero que gobierna. Ese es “el estiércol del diablo”. El servicio para el bien común queda relegado”.
La idea es que los empresarios apuesten por crear trabajo para personas y no por la especulación.
MIGRANTES
El Papa recuerda el drama de los migrantes. Le preocupan los brotes de xenofobia y racismo. Pide ayudar en los países de origen para que no se vean obligados a emigrar.
Pero también, pide que la sociedad e incluso los cristianos reconozcan que están tratando a los migrantes como si fueran “menos humanos”.
FRANCISCO
“El Señor nos pedirá cuentas de todos los migrantes caídos en los viajes de la esperanza. Han sido víctimas de la cultura del descarte”.
GUERRA Y PENA DE MUERTE
El Papa recuerda que la guerra siempre deja al mundo peor de como lo había encontrado. Propone ver los efectos en las víctimas, para convencerse y pide detener la proliferación de armas nucleares y dedicar ese dinero a un fondo mundial contra el hambre.
FRANCISCO
“En el mundo de hoy, en el que millones de niños y familias viven en condiciones infrahumanas, el dinero que se gasta y las fortunas que se ganan en la fabricación, modernización, mantenimiento y venta de armas, cada vez más destructivas, son un atentado continuo que clama al cielo”.
Además, recordó que ha cambiado el catecismo, y que en ningún caso es admisible la pena de muerte.
DIÁLOGO Y RECONCILIACIÓN
Dice que el diálogo no es sólo escuchar opiniones sino “aceptar que el otro puede encerrar convicciones o intereses legítimos”. Una actitud que deben tener las personas de todas las religiones.
FRANCISCO
“Se llama hijos de Dios a quienes han adquirido el arte de la paz y lo ponen en práctica. Saben que no hay reconciliación sin donar la propia vida, y que la paz hay que buscarla siempre y en cualquier caso”.
Por eso, dice que no basta con actuar solos, hay que buscar modos de colaborar con los demás.
En “Fratelli tutti” hay muchos otros temas. El Papa pide que el debate público escuche también la perspectiva religiosa, pues “no puede admitirse que sólo tengan voz los poderosos y los científicos”; reivindica el valor de la amabilidad; y alerta de quienes siembran división, odio y desconfianza en Internet. En definitiva, “reconocer el bien y la belleza que Dios sembró en cada persona”.
Para escribirla, e ha inspirado en figuras cristianas como San Francisco y Charles de Foucoauld; pero también en no católicos como Martin Luther King, Desmond Tutu o Mahatma Gandhi y Ahmad Al-Tayyeb, líder del Islam sunita.
Por: Javier Martínez-Brocal
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