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El Padrenuestro – ¿Has pensado lo que decimos al rezarlo?

¿Qué dice el Padrenuestro?

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

El Padrenuestro es la única oración que Jesús mismo enseñó a sus discípulos (Mt 6,9-13; Le 11,2-4). Por eso el Padrenuestro se llama también «la oración del Señor». Cristianos de todas las confesiones la rezan a diario, tanto en las celebraciones litúrgicas como en privado. El añadido «Tuyo es el reino…» se menciona ya en las Constituciones apostólicas (Didaché, que data de alrededor del año 150 d.C.) y se puede añadir al Padrenuestro.

Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos». Lc. 11,1

¿Cómo surgió el Padrenuestro?

El Padrenuestro surgió por la petición de un discípulo de Jesús, que veía orar a su Maestro y quería aprender del mismo Jesús cómo se ora bien.

¿Qué estructura tiene el Padrenuestro?

El Padrenuestro consiste en siete peticiones al Padre misericordioso del cielo. Las tres primeras peticiones se refieren a Dios y a cómo debemos servirle. Las últimas cuatro peticiones llevan nuestras necesidades humanas fundamentales ante nuestro Padre del cielo. [2803-2806,2857]

Oremos, pues, hermanos queridísimos, como Dios, el Maestro, nos ha enseñado. Es una oración íntima y ferviente cuando oramos a Dios con lo que es suyo, cuando hacemos subir
a sus oídos la oración de Cristo. Que el Padre reconozca las palabras de su Hijo cuando las
pronunciamos en la oración… Consideremos que estamos ante la mirada de Dios. SAN CIPRIANO DE CARTAGO

¿Qué posición ocupa el Padrenuestro entre las demás oraciones?

El Padrenuestro es «la más perfecta de todas las oraciones» (santo Tomás de Aquino) y «el resumen de todo el Evangelio» (Tertuliano). [2761-2772,2774,2776]

El Padrenuestro es más que una oración, es un camino que conduce directamente al corazón de nuestro Padre. Los primeros cristianos pronunciaban esta oración fundamental de la Iglesia, que es entregada a cada cristiano en el Bautismo, tres veces al día. Y, entre nosotros, no debe pasar ningún día en el que no intentemos pronunciar con la boca la oración del Señor, recogerla en el corazón y hacerla verdad en nuestra vida.

¡Oh Hijo de Dios y Señor mío! ¿Cómo dais tanto junto a la primera palabra? […] ¿Cómo
nos dais en nombre de vuestro Padre todo lo que se puede dar, pues queréis que nos tenga
por hijos, que vuestra palabra no puede faltar?
Obligáisle a que la cumpla… Si nos tornamos a Él, como al hijo pródigo hanos de perdonar, hanos de consolar en nuestros trabajos, hanos de sustentar como lo ha de hacer un tal Padre… SANTA TERESA DE JESÚS

Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino que habéis recibido un Espíritu de hijos de adopción, en el que clamamos: «¡Abba, Padre!». Rom 8,15

 ¿De dónde sacamos La confianza de llamar Padre a Dios?

Tenemos la osadía de llamar a Dios Padre porque Jesús nos ha llamado a su lado y nos ha hecho hijos de Dios. En comunión con él, que «está en el seno del Padre»
(Jn 1,18), nos atrevemos a decirle a Dios «¡Abba, Padre!». [2777-2778, 2797-2800]

Dios nunca cesa de ser Padre de sus hijos. SAN ANTONIO DE PADUA (1195-1231,  franciscano)

Todas las criaturas son hijas de un único Padre y por ello hermanas. SAN FRANCISCO DE ASÍS

El cristiano no dice «Padre mío», sino «Padre nuestro», hasta en lo más secreto de un
cuarto cerrado, porque sabe que en cualquier lugar, en cualquier circunstancia vital, es
miembro del único y mismo cuerpo. BENEDICTO XVI, 06,06.2007

¿Cómo pueden los hombres llamar «Padre» a Dios, si han sido atormentados o abandonados por su padre o por sus padres?

Los padres y las madres alteran a veces la imagen de un Dios paternal y bondadoso. Pero nuestro Padre del cielo no es idéntico a nuestras experiencias humanas de paternidad y maternidad. Debemos purificar nuestra imagen de Dios de todas nuestras ideas personales, para poder encontrarnos con él con una confianza plena. [2779]

Incluso personas que han sido ofendidas por su propio padre pueden aprender a rezar el Padrenuestro. Con frecuencia es tarea de toda su vida dejarse abandonar a un amor que le fue negado de una forma cruel por los hombres, pero que sin embargo existe de una manera maravillosa, más allá de toda comprensión humana.

¿Cómo somos transformados por el Padrenuestro?

El Padrenuestro nos permite descubrir, llenos de alegría, que somos hijos de un único Padre. Nuestra común vocación es alabar a nuestro Padre y vivir entre nosotros como «un solo corazón y una sola alma» (Hch 4,32). [2787-2791, 2801]

Puesto que Dios, el Padre, ama a cada uno de sus hijos con el mismo amor exclusivo, como si fuera el único ser objeto de su afecto, nosotros tenemos que tratarnos entre nosotros de un modo totalmente nuevo: llenos de paz, respeto y amor; de forma que cada uno pueda ser la
regocijante maravilla, que realmente es en presencia de Dios. -> 61,280

Si el Padre está “en el cielo”, ¿dónde está ese cielo?

El cielo está allí donde está Dios. La palabra cielo no indica ningún lugar, sino que designa la existencia de Dios, que no está sometido ni al tiempo ni al espacio.
[2794-2796, 2802]

No debemos buscar el cielo por encima de las nubes. En cualquier lugar donde nos dirigimos a Dios en su gloria y al prójimo en su necesidad; allí donde experimentamos la alegría del amor; donde nos convertimos y nos dejamos reconciliar con Dios, allí se abren los cielos. «No
donde está el cielo está Dios, sino que donde está Dios está el cielo» (Gerhard Ebeling). -> 52

¿Qué quiere decir: «santificado sea tu Nombre» ?

Santificar el Nombre de Dios quiere decir ponerlo por encima de todo. [2807-2815, 2858]

El «nombre» en la Sagrada Escritura señala la verdadera esencia de una persona. Santificar el nombre de Dios significa hacer justicia a su realidad, reconocerlo, alabarlo, hacerlo respetar y honrar, y vivir conforme a sus mandamientos.

Decimos todos juntos en la oración del Señor: «Padre nuestro». Así o dice el emperador, así el mendigo, así el siervo, así el señor. Todos son hermanos, porque tienen un mismo Padre.
SAN AGUSTÍN

El cielo en la tierra está en cualquier lugar donde los hombres están llenos de amor a Dios, a sus prójimos y a sí mismos. SANTA HILDEGARDA DE BINGEN (1098-1179, mística benedictina)

¿Qué quiere decir «venga a nosotros tu reino»?

Cuando decimos «venga a nosotros tu reino», pedimos que Cristo regrese, como ha prometido, y que se implante definitivamente la soberanía de Dios, que ya ha comenzado aquí. [2816-2821, 2859]

Frangois Fénelon dice: «Querer todo lo que Dios quiere, quererlo siempre, en toda ocasión y sin reservas, esto es el reino de Dios que está en el interior»

El reino de Dios es justicia, paz y alegría en el Espíritu Santo. Rom 14,17

El centro del anuncio de Jesús es el reino de Dios, es decir, Dios como fuente y centro de nuestra vida, y él nos dice: sólo Dios es la redención del hombre. Y en la historia del último siglo podemos ver que, en los estados en los que se suprimió a Dios, no sólo se destruyó
la economía, sino que se destruyeron también, y por encima de todo, las almas. BENEDICTO XVI, 05.02.2006

La renuncia total a uno mismo quiere decir aceptar con una sonrisa lo que Él da y lo que Él
toma… Dar todo lo que pida, aunque sea el buen nombre o la salud: esto es renuncia a uno mismo, y entonces eres libre. BEATA TERESA DE CALCUTA

¿Qué quiere decir «hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo»?

Cuando oramos para que se cumpla universalmente la voluntad de Dios, pedimos que en la tierra y en nuestro propio corazón sea ya todo como es en el cielo. [2822-2827, 2860]

Mientras nos apoyemos en nuestros propios planes, en nuestros deseos y en nuestras ideas, la tierra no se podrá convertir en el cielo. Uno quiere esto, el otro quiere lo otro. Pero nuestra felicidad la encontramos cuando queremos conjuntamente lo que Dios quiere. Orar es
hacer sitio en esta tierra, paso a paso, a la voluntad de Dios.

¿Qué quiere decir «danos hoy nuestro pan de cada día»?

Pedir el pan de cada día nos convierte en personas que lo esperan todo de la bondad de su padre celestial, también los bienes materiales y espirituales necesarios para vivir. Ningún cristiano puede formular esta petición sin pensar en su responsabilidad real por todos aquellos a quienes en el mundo les falta lo necesario para vivir. [2828-2834, 2861]

¿Por qué el hombre no vive sólo de pan?

«No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios» (Mt 4,4, según Dt 8,3). [2835]

Esta palabra de la Escritura nos recuerda que los hombres tienen un hambre espiritual que no se puede saciar con medios materiales. Se puede morir por falta de pan; pero también se puede morir porque sólo se ha recibido pan. En el fondo somos alimentados por aquel que tiene «palabras de vida eterna»  (Jn 6,68) y un alimento que no perece (Jn 6,27): la sagrada -> EUCARISTÍA.

Hay hambre del pan común, pero también hay hambre de amor, bondad y de respeto  recíproco; y ésta es la gran pobreza que sufren los hombres de hoy. BEATA TERESA DE CALCUTA

Padre del cielo, note pido ni salud ni enfermedad, ni vida ni muerte, sino que tú dispongas sobre mi salud y mi enfermedad, sobre mi vida y mi muerte, para tu gloria y para mi
salvación. Sólo tú sabes lo que me conviene. Amén. BLAISE PASCAL

Si alguno dice: «Amo a Dios», y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve. 1 Jn 4,20

Quien no es tentado, no es puesto a prueba; quien no es puesto a prueba, no progresa.
SAN AGUSTÍN

Sabemos que somos de Dios, y que el mundo entero yace en poder del Maligno. 1Jn 5,19

¿Qué quiere decir «perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden»?

El perdón misericordioso, que nosotros concedemos a otros y que buscamos nosotros mismos, es indivisible. Si nosotros mismos no somos misericordiosos y no nos perdonamos mutuamente, la misericordia de Dios no puede penetrar en nuestro corazón. [2838-2845, 2862]

Muchas personas tienen que luchar durante toda la vida para poder perdonar. El bloqueo profundo de la intransigencia sólo se disuelve finalmente mirando a Dios, que nos ha aceptado «siendo nosotros todavía pecadores» (Rom 5,8). Dado que tenemos un Padre bondadoso, son posibles el perdón y la vida reconciliada. -> 227,314

¿Qué quiere decir «no nos dejes caer en la tentación»?

Como cada día estamos en peligro de caer en pecado y decir no a Dios, le suplicamos que no nos deje indefensos ante el poder de la tentación. [2846-2849]

Jesús, que experimentó él mismo la tentación, sabe que somos hombres débiles, que por nuestras propias fuerzas podemos oponer poca resistencia al mal. Él nos regala esta petición del Padrenuestro, que nos enseña a confiar en la ayuda de Dios en la hora de la prueba.

¿A quién se refiere la petición «líbranos del mal» ?

Con «el mal» no se habla en el Padrenuestro de una fuerza espiritual o energía negativa, sino del mal en persona que la Sagrada Escritura conoce bajo el nombre de tentador, padre de la mentira, Satanás o diablo. [2850-2854, 2864]

Nadie negará que el mal en el mundo tiene un poder devastador, que estamos rodeados de insinuaciones diabólicas, que en la historia a menudo se desarrollan procesos demoníacos. Sólo La Sagrada Escritura llama a las cosas por su nombre: «Porque nuestra lucha no es
contra hombres de carne y hueso sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo de tinieblas» (Ef 6,12). La petición del Padrenuestro de ser librados del mal pone ante Dios toda la miseria de este mundo y suplica que Dios, el Todopoderoso, nos libere de todos los males, como se expresa también en el  EMBOLISMO.

¿Por qué terminamos el Padrenuestro con un «Amén»?

Tanto los cristianos como los judíos terminan desde muy antiguo todas sus oraciones con «Amén», con lo que quieren decir: «Así sea». [2855-2856, 2865]

AllÍ donde un hombre dice «Amén» a sus palabras, «Amén» a su vida y su destino, «Amén» a la alegría que le espera, se unen el cielo y la tierra y estamos en la meta: con el amor que nos creó en el principio.

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