La alerta continúa en Burkina Faso, donde la situación es aún más tensa y peligrosa que en Malí (véase Fides 11/6/2019). Desde el pasado mes de febrero, grupos armados de matriz yihadista han llevado a cabo cinco ataques en la misma zona, el último de ellos hace unos días en Diblou, una aldea del norte del país en la que murieron al menos 15 personas.
Es en este clima de tensión que las Hermanas Misioneras de la Inmaculada, presentes en Burkina desde el año 2000, están trabajando. “Por el momento no hay peligros considerables en nuestro país”, aseguran las hermanas en una nota enviada a la Agencia Fides. “En Bobodiulasso, en el popular distrito de Quinimakora, trabajamos en estrecha colaboración con la parroquia y dirigimos dos centros que son de la diócesis y están abiertos a todos. La población es relativamente joven y, por esta razón, hemos abierto una biblioteca con salas de estudio, un anfiteatro para reuniones, debates, conferencias y actividades culturales y educativas”.
“De hecho, otras tres parroquias nacieron de la parroquia madre, organizadas en comunidades de base, ubicadas en los distintos distritos. Garantizamos nuestra presencia con encuentros formativos para adultos, vamos a visitar a los enfermos a domicilio. Nuestras reuniones de discusión se centran en problemas cotidianos como la falta de agua, la escolarización de los niños, la higiene y los cursos de alfabetización. En cada barrio hay un comité de gestión y una comisión formada por un grupo de jóvenes”.
“En colaboración con un farmacéutico italiano especializado en cosmética, en 2005 se abrió una cooperativa en la que trabajan una docena de mujeres en el procesamiento de la manteca de karité. Han aprendido a fabricar cosméticos de notable calidad tanto para el mercado local como para la exportación y se están organizando para el comercio exterior”, añadió la monja.
“Desde hace algunos años, la comunidad acoge a jóvenes que quieren dedicarse a la vida religiosa. Tenemos un postulantado y un noviciado, actualmente hay seis novicios en formación. Un punto importante de formación es su inclusión en la vida de la gente. Los novicios pasan un mes en grupos en los pueblos para compartir la vida cotidiana de las personas que encuentran, viviendo con los medios que encuentran en el lugar y de manera autónoma. Tres veces a la semana llevan ayuda a un centro para enfermos mentales. Una monja mantiene el contacto entre los enfermos y sus familias y un médico supervisa el centro”.
Según un informe de las Naciones Unidas publicado esta semana, hasta la fecha en Burkina Faso, unas 224.000 personas han sido desplazadas como resultado de la violencia.
Según estimaciones de las Naciones Unidas, desde principios de año 90 mil burkineses han huido de sus hogares, han abandonado sus aldeas porque están aterrorizados por la violencia que es particularmente común en el norte del país.
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