Antonio, cuyo nombre de bautismo era Fernando, nació en Lisboa, Portugal, hacia el 1195. A Los quince años entró al colegio de Los canónigos regulares de San Agustín, para ser religioso, y en sólo nueve meses profundizó y se especializó en el estudio de la Sagrada Escritura. A la cultura teológica añadió la filosófica y la científica.
En 1220 resolvió dejar el convento de los agustinos para entrar al convento de los frailes mendicantes de Coimbra (frailes franciscanos), y cambió su nombre al de Antonio.
Participó en un Capítulo General de la Orden, en Asís, donde conoció a san Francisco, el fundador.
Vivió como cualquier otro franciscano hasta que sus superiores, dándose cuenta de su formación y de sus extraordinarias cualidades de predicador, lo enviaron al norte de Italia y a Francia a predicar en donde más se necesitaba. Su fama como predicador se extendió.
Finalmente, Antonio fijó su residencia en el convento de la Arcella, a un kilómetro de Padua. De ahí iba a donde lo llamaban a predicar. En 1231 la salud de Antonio se agravó y del convento de Camposampiero lo llevaron a Padua sobre un furgón lleno de heno. Murió el 13 de junio de 1231. “El Santo” por antonomasia, como lo llaman en Padua, fue canonizado en Pentecostés de 1232, es decir, al año siguiente de su muerte, por la gran popularidad que se había ampliado con el correr de los tiempos.
En 1220 resolvió dejar el convento de los agustinos para entrar al convento de los frailes mendicantes de Coimbra (frailes franciscanos), y cambió su nombre al de Antonio.
Participó en un Capítulo General de la Orden, en Asís, donde conoció a san Francisco, el fundador.
Vivió como cualquier otro franciscano hasta que sus superiores, dándose cuenta de su formación y de sus extraordinarias cualidades de predicador, lo enviaron al norte de Italia y a Francia a predicar en donde más se necesitaba. Su fama como predicador se extendió.
Finalmente, Antonio fijó su residencia en el convento de la Arcella, a un kilómetro de Padua. De ahí iba a donde lo llamaban a predicar. En 1231 la salud de Antonio se agravó y del convento de Camposampiero lo llevaron a Padua sobre un furgón lleno de heno. Murió el 13 de junio de 1231. “El Santo” por antonomasia, como lo llaman en Padua, fue canonizado en Pentecostés de 1232, es decir, al año siguiente de su muerte, por la gran popularidad que se había ampliado con el correr de los tiempos.
El famoso milagro de la “predicación a los peces” de san Antonio está narrado en las “Florecillas de San Francisco”.
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