María siempre estuvo al lado de su hijo y fue guardando cada momento que vivió a su lado dentro de su corazón, para poder recordarlos con todo su cariño y su amor.
Cuando su hijo ya no estaba, María siempre trató a sus amigos, los Apóstoles, con el mismo cariño con el que había tratado a su propio hijo, porque sabía que Jesús los había querido mucho y desde el cielo seguía amándolos.
Hoy María sigue amándonos y transmitiéndonos todo su cariño desde el cielo junto a su hijo Jesús.
En el siguiente ejercicio Lim vamos a trabajar sobre ella.
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